La semana pasada salí del diario con destino a mi casa, pero un amigo de
otro periódico tuvo la gentileza de dejarme cerca a mi domicilio. Me quedé en
uno de los paraderos cerca de la
Universidad Católica. Subí a la couster, que cubría la ruta La Molina- Carabayllo, como un pasajero normal pero de pronto
observé a una dama, a quien antes tuve la oportunidad de
conocerla en 1997 y a pesar de los años la volví a encontrar. No sabía como avisarla porque
temía que no sea ella. Se me ocurrió
llamarla a su celular, el número lo obtuve a través de su
cuenta en Facebook, y me contestó ella, quien se encontraba dos asientos delante de mí.
Hola Marlene, te saluda Walter Flores. Tú estas sentada dos asientos delante de mí- le dije.
¿Dónde estás?-me respondió.
Colgué mi celular y me acerqué a saludarla.
Nos saludamos con un
fuerte abrazo, después de
12 años en que nos volvemos a ver. La útima vez fue
a fines de 1997 en uno de los ómnibus de la Línea 5, más conocido como 'El Rápido'.
Marlene García Cuba terminaba la secundaria en el colegio
Juan Alarco Dammert del distrito de Miraflores, mientras yo cursaba el 4to año de secundaria en el antiguo y emblemático
Colegio Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en el Centro de Lima.
PROFESIONALES. Luego de saludarnos, la
conversación fue amena. Dialogamos de las cosas que uno hace en la actualidad y
recordamos nuestros años escolares, además de todas las ocurrencias que hacía toda la
'Gente del Rápido', así le llamabamos a los colegiales que subían en la
'Línea 5'. Además, charlamos de la profesión a la que ambos nos dedicamos.
Ella estudia Administración en el
IPAE, una carrera a la que ama y se dedida a tiempo completo. Mientras yo le contaba sobre mi
paso por la universidad y sobre las cosas del periódico.
Pero como el trayecto era corto y quien se tenía que bajar primero era yoambos soltamos una frase: "El mundo es tan chico" y nos reímos. Nos despedimos con la intención de volvernos a encontrar otra vez. Me baje del ómnibus mientras ella seguía a su destino. De camino a mi casa solo me quedó repetir la frase, que la verdad, se justifica a una realidad que pasé en tan solo 30 minutos que duró el llegar a mi domicilio. Gracias Marlene, por ser tu amigo a pesar de los años.
Fotos: Internet/Facebook
